miércoles, 22 de abril de 2009

La Vida de mi Padre después de la muerte de mi abuelo
Muerto Louis Gabriel Charvet Lailhacar, es decir mi abuelo, mi padre Luis Gabriel se hace cargo de la Administración de las haciendas en vista de que Leticia Rosales Jara –su viuda- se quedó con hijos pequeños y el único hijo varón que habían procreado juntos (Félix) y que era ya mayor de edad, se encontraba viviendo en Francia.
Tiempo después y como mi padre tenía ya formado su hogar, conversa con su madrastra a quien le pide de manera cordial le ayude con la parte correspondiente a su herencia, a fin de poder independizarse y trabajar por sus propios medios; todo esto sin abandonar el apoyo que le había venido dando hace tiempo atrás en todo lo referente al manejo de las Haciendas. Leticia –su madrastra- le contestó “no te doy nada, méteme juicio si puedes”. Ante semejante respuesta mi padre quien tenía un carácter fuerte abandonó ese momento las tierras, a las cuales tenía derecho por haberlas trabajado pero sobre todo por ser el hijo de Louis Gabriel Charvet Lailhacar. A Leticia, la volvió a ver, cuando fue llamado por Clementina Rosales (hermana de Leticia), su tía, para hacerle conocer que Leticia agonizaba. Mi padre cuya nobleza lo caracterizaba, acudió con mi madre al lecho de muerte, Leticia en sus últimos momentos, pidió le den algo con que escribir, Blanca su hija, media hermana de mi padre, quien estaba a su lado, no cumplió con este deseo. Qué habrá querido escribir? Por qué lo habrá mandado a llamar….? solo Dios lo sabe… En esos momentos, fue mi madre quien les ayudó a cumplir con todos los ritos religiosos que se acostumbran hasta el día de hoy en estos casos.
Para cumplir con la historia y la verdad, en el año de 1943, a los 24 años de muerto su padre y al año del deceso de su madrastra (Leticia Rosales), por pedido de su hermano Félix, el resto de hermanos “deciden darle su herencia” y le entregan la irrisoria suma de 30,000 sucres, con lo que adquirió lo que en esa época se conocía como “fundo” y que para nuestros días lo conocemos como Finca. Esta finca tuvo de nombre Calimbulo y se encontraba en Chillogallo que por más que la trabajó no le rindió y tuvo que acabar vendiéndola para pagar las deudas que produjo la enfermedad de mi madre.
Aquí considero más allá de justo dejar sentado un agradecimiento de toda la familia Charvet Morales para mi tío Félix; ya que fue el único tío que estuvo siempre presto para ayudar a mi padre y a todos nosotros.
A mi tío Luis Benigno o Luis B, le conocí cuando tenía 6 años (1945). En mi casa todos le queríamos. No le volví a ver nunca más.
Rosa Elena Rosales Jara, mi abuela paterna desde el momento que ella abandonó a mi abuelo, se dedicò con más ahínco a sus trabajos de bordados y encajes que eran verdaderas maravillas. Basta decir que en un tiempo fue profesora de las madres del Convento del Buen Pastor para aseverar lo que digo. Entre la familia, las nietas que heredaron sus habilidades como hobby fueron mis hermanas María Elena y Luisa.
En el año de 1947 tuvo un derrame cerebral que paralizó el lado derecho de su cuerpo y perdió el habla. Las únicas palabras que podía balbucear ya cerca de su muerte, era mi nombre Pedro y café (el dulce de su vida, le gustaba que le sirvan hirviendo). Sus nietos preferidos fueron mi hermana Olga y mi hermano Paco y si el único nombre que sabía pronunciar era el mío, seguramente era porque a pesar de mi corta edad, a mí me tocó lidiarla hasta el último momento.
En 1954, el 20 de enero mientras almorzábamos, vivíamos con la señora María Alarcón Larrea, por alguna razón mi abuela no quiso comer y tuvo un disgusto con la mencionada señora Alarcón. Momentos después empezó su agonía que duró aproximadamente media hora. Después de amortajarla, salí a avisar a mis hermanas. Mi padre estaba trabajando por Ibarra, cuando llegó esa noche, ya la teníamos en la Funeraria Nacional. Sus restos, al igual que el de sus dos hijos, reposan en el Cementerio de San Diego.
Los trabajos de mi padre transcurrieron entre la mecánica y la agricultura. Yo estuve siempre con él y tengo recuerdos verdaderamente inolvidables.
Cuando en 1951 trabajaba para la casa Arthur Fried, llenamos el norte del Ecuador con la luz que producían las plantas de marca KHOLER que vendíamos. Así por ejemplo es como por primera vez se iluminó la Iglesia de Guayllabamba y también el salón “La Riobambeñita” que en esos tiempos funcionaba al frente de la actual, por nombrar dos conocidos.
A Santo Domingo de los Colorados, hoy de los Tsàchilas, se viajaba por la carretera que va por la población de Chiriboga, era de un solo carril y en ese tiempo nos escapábamos de ir al abismo por la angostura y por los tremendos lodazales. Así llegamos a la plaza del pueblo y le vendimos una planta eléctrica al dueño de la farmacia cuyo apellido es XXXXX. La Farmacia aún existe en el mismo sitio con los debidos cambios de estos días. Así conocieron la luz eléctrica los Santo Domingueños.
Igualmente en 1951 llegamos por primera vez en carro (camioneta International modelo 1947) a Mariano Acosta. Entramos por Pimampiro y había momentos de suma tensión por la angostura del camino. Además habían unas cuestas increíbles y la camioneta iba cargada con un molino y todos sus aperos y había sido recién reparada por mi padre. Como mecánico era increíble. A Mariano Acosta habíamos ido a instalar un molino, estuvo también mi hermano Paco.
Como Agricultor le acompañé los años 1954, 1955 y parte de 1956 cuando estuvo de Administrador de la Hacienda Guaraquí Grande ubicada en la parroquia La Esperanza del Cantón Pedro Moncayo que pertenecía en esos tiempos a la Junta de Asistencia Social y estaba arrendada a la CEDMYC que era la malterìa de la Cervecería Pilsener.
Mi padre trabajó hasta el último día de su vida. Ya en 1971 había dejado de trabajar en la hacienda San Antonio, ubicada en Pujili, de propiedad de la familia Barba y estaba dedicado a trabajos particulares, arreglando aparatos agrícolas de los hacendados que le conocían y que toda la vida le buscaron para que les solucione verdaderos problemas mecánicos.
El 16 de abril de 1971 estando en la casa de mi hermana Orestila le dió un derrame cerebral que lo paralizó totalmente, le llevamos al Hospital del Seguro Social y en la madrugada del día 17 murió. Sus restos –qué ironía- no están junto a las personas que tanto amó, o sea en el Cementerio de San Diego, sino en el del Batán en el mausoleo de la familia Páez-Charvet. Ojalá algún día podamos reunirnos todos.
Fin de la segunda generación de la rama Louis Gabriel Charvet Lailhacar y Rosa Elena Rosales Jara.
Para terminar este relato remito en secuencia fotos del primero y penúltimo (a esta fecha) Charvet, en la línea de descendencia Louis Gabriel Charvet Lailhacar y Rosa Elena Rosales Jara.




Descendencia de Luis Gabriel Charvet Rosales


Algunas Respuestas al blog:

Blanca Charvet Rosales se casó con Francisco Miranda y sus descendientes son Miranda-Charvet. Ahí puede estar una Patricia Miranda.
El esposo de Carolina Charvet Lailhacar es Ludovic Honoré Gouin, esto se comprueba porque en el acta de defunción de Louis Touissant Charvet (copia adjunta, escrita en francés), acaecida el 29 de enero de 1887 se lee textualmente en el párrafo segundo según traducción: “De acuerdo a la declaración que nos ha sido hecha por parte del Sr. Charvet Louis, empleado de comercio, de veinte y cinco años, y del Sr. Gouin Ludovic Honoré, negociante en esta ciudad, de cuarenta y cinco años, que dicen ser el Hijo y el YERNO del difunto…”
Foto 19


Correspondencia recibida
Querido Primo,
De acuerdo a mi último mensaje, me permito hacerte llegar un mensaje de mi papa, junto con un documento escrito por él relacionado a nuestra familia. Mi pedido expreso (aunque se que está demás) pero prefiero dejarlo planteado, es que sea publicado en su totalidad (texto y fotos).
Te mando mis agradecimientos y mi apoyo en este proyecto tan interesante que llevas a cabo y del cual me siento orgullosa. En lo que yo pueda colaborar, por favor cuenta conmigo y ojala lleguemos a conocernos y reunirnos todos.
Cristina Charvet Montúfar

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(Jorge) Augusto,
Sabedor de que está apareciendo en un blog la historia de los Charvet en Ecuador, me he visto en el penoso caso de revolver cenizas que siempre serán dolorosas, pero en este caso especial, necesarias.
Considero, como lo digo en alguna parte de esta carta, que la familia se ha diversificado tanto, que cada descendiente debe contar su historia. Ahí entonces está la de mi abuelo, mi abuela y mi padre, relatada a grandes rasgos, sin nada de inspiración y peor de imaginación; pura y simplemente como la vivieron, la sintieron y la contaron.
Espero que todos los personajes que aparecen y que ya no están entre nosotros hayan encontrado la paz, que nosotros aún buscamos.
Un abrazo,
Pedro Charvet Morales

Comentario del Editor
Gracias Pedro, Gracias Cristina. Sabía que de algunos de los integrantes de mi familia materna directa, mi tío y mi prima, recibiría apoyo a esta iniciativa que comencé hace varios meses y no solo injurias, denuestos e insultos.

He hecho periodismo durante buena parte de mi vida, lo he hecho por más de 45 años, como lo hizo mi padre por algunos años. He afrontado muchos problemas. Ahora precisamente los enfrento y todo por decir la verdad y solo la verdad.

Este blog trata sobre la familia de mi querida madre. Jamás mi intención podría ser agraviarla. Seria como escupir al cielo. He querido contar lo que sé, lo poco que sé y un hombre valiente como Rolando Charvet Guevara me está ayudando.

Puedo equivocarme, Rolando puede equivocarse, pero jamás, con intención soterrada. Insisto: sería como escupir al cielo. Lo único que pido es que me ayudan, como lo hace mi tío Pedro y no pidiéndome que me calle como lo hicieron hace algunos meses.

Otra carta recibida

Recibí también la siguiente misiva cuya intención lamento profundamente. Ella dice:

LOS PERROS LADRAN SANCHO..............,, ese, veo que es su concepto cuando una persona pide respeto de su parte para las personas involucradas en nuestra Historia, que pena que sea así, tenia la buena intención de participar en su investigación pero he decidido en este momento que NO VALE LA PENA participar DEL REALITI SHOW que usted a armado de manera tan vulgar, grotesca y tergiversada, ahuyentando con su proceder a las personas que realmente saben de la historia. Que pena. siga no mas y que le vaya bonito.
Leticia Acevedo Charvet

Comentario del Editor
Solo debo añadir que la frase que Cervantes pone en boca del Quijote y que yo cito no debe ser tomada literalmente. Constituye una figura literaria. Equivale a decir que si nuestras acciones, nuestros actos, provocan una reacción, se demuestra que estamos avanzando, en este caso, para que reluzca una verdad. Nada más que ello.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola

Soy descendiente directa de Blanca Charvet Rosales y quiero aclarar que no existe en nuestra famiila ninguna Patricia Miranda. A su debido tiempo, proporcionare informacion documentada sobre la familia de Blanca Charvet Rosales hija de Louis Gabriel Charvet Lailhacar. De la misma manera quiero aclarar que no es verdad que mi abuelita se nego a dar papel y lapiz a su madre en agonia. Dato falso por parte del señor que escribe.

Atentamente,

Maria Cecilia Andrade Miranda

El Mundo del Diseño_Servicios dijo...

Apreciado Pedro Pablo, no tengo el gusto de conocerlo espero pronto poder hacerlo, que importante su aporte en el blog le agradezco bastante por comunicarnos quien era su padre...Yo de su padre no tenia mucho conocimiento y lo poco que conocia casi no corresponde a lo que nos cuenta en tan maravillosa historia; las "verdades" muchas veces no son verdades y no son como nos las pintan....como dicen "depende del cristal del que se mira.." Y usted ha dado un nuevo giro en mi manera de ver a Luis Gabriel y lo admiro por la fuerza y la tenacidad que tuvo en la vida para salir adelante con su familia cuando las circunstacias provocaron que la espalda de las personas sea lo primero que veia y como decia Napoleon Bonaparte (la unica mano que te ayudara es la que tienes el final de tu propio brazo..)...Entiendo muchas mas cosas ahora, mi mente se abre a darme la oportunidad de poder apreciar mas a la familia y al esfuerzo que los ancestros hicieron por crecer y mantenerse fuertes ante las adversidades...Proximamente hablare y compartire sobre mi abuelo Felix Charvet Rosales, lo mucho o poco que sepa de él y el gran ejemplo que al igual que su padre fue para usted y sus hermanos y nietos, mi abuelo Felix aunque no lo conoci fue y es para quienes descendemos de él...Hay cosas como las que nos cuenta acerca de la negacion de su hermana Blanca en pasarle papel y lapiz a su madre y de lo oscuro de ese pasaje...cosas e historias como esta son muchisimas y que en cada conversacion salen a la luz pero no dan ningun tipo de fruto recordarlas..quizas en el proximo blog "Las Oscuridades del los Charvet.." se los pueda exponer, no mentira broma no mas es. Creo que el blog no alcanzaria para escribirlas, pero prefiero que todos nos sintamos motivados a vernos, a conocernos a compartir y reunirnos para recuperar el tiempo y ganar a la vida todos esos momentos buenos que por pensar en lo malo y en lo oscuro han hecho que nos separemos como familia. Que bueno y le agradezco por compartirnos su historia que estoy seguro lo hace de manera sincera y orgullosa ya que eso es lo que transmitio en el relato...Ahora veo mas ampliamente y me siento mas seguro de que el futuro como familia sera mucho mejor.

Saludo Cordial,

Rolando Charvet Guevara

Anónimo dijo...

Felicitaciones a Leticia Acevedo Charvet por su comentario acerca que se esta formando un Realttie show acerca de la familia.....ese es el sentir de los que realmente queremos a la familia......porque no publican los entretelones de su propia familia..seguramente el resultado seria un Corin Tellado...(no se si así se escribe hace mucho tiempo no las leo).