Insistentemente y a nivel mundial, durante todo el siglo XX, se criticó al periodismo por decir solo su verdad. Todos tenían que leer lo que los periodistas querían escribir. Ahora, en el siglo XXI, el ciudadano de a pie, el “lector”, puede hablar y este blog de la Familia Charvet en Ecuador, es una prueba de ello.
Yo como periodista, hace una o dos décadas, podía escribir en un periódico algo sobre la Familia Charvet. Las reacciones, de haberlas, las podía publicar o no. Ahora, con el blog, el periodista es un simple motivador y el gran público, es el “dueño” del medio de comunicación. El feed back, en el estricto sentido de la palabra, si funciona.
¡Querida Familia! Yo les he proporcionado una tribuna y les he dado el arranque inicial. El tema está planteado: La Familia Charvet en Ecuador desde finales del siglo XIX hasta nuestros días. Úsenme. Yo soy el Editor de ustedes. Escriban. Háganlo como bien tengan. Yo editaré los textos y los insertaré en el blog
De esa forma iremos construyendo, nosotros mismos, la memoria histórica de nuestra familia. Así de simple. Rolando Charvet Guevara entendió la idea y nos ha sorprendido con sus relatos. Igual Pedro Pablo Charvet Morales. César Augusto Acevedo Charvet nos ha dado pistas. Leticia Acevedo Charvet nos “vigila”.
Pero atrevámonos a decir lo que sabemos. Luisa Charvet Morales algo nos dio. Francisco Charvet Morales, un genial escritor, puedo ilustrarnos con su pluma. ¿Dónde está Luis Charvet Alarcón? El debe sabe r muchas cosas. Dejémonos de rencores y malos recuerdos. Dañan el hígado.
Y para que se vea que se comienza a reaccionar, miren lo que este sábado 25 de abril trajo el cartero
Escribe Maria B Charvet Muñoz
Estimado Jorge: la verdad que no me recuerdo mucho de ti, te conocí una vez en el año 1970 y de eso son ya casi 40 años. Si, cuando fuiste a entrevistar a mi papá porque querías sacar un escrito sobre la guerra pero recuerdo que el no quiso dar mayor detalle al respecto y te dijo que no recordaba nada. Desde ahí nunca más supe de ti hasta ahora.
Me decidí colaborar con este blog diciendo lo siguiente:
“No hay mejor ejercicio para fortalecer el corazón que inclinarse a la gente y Elevarla”
Las cartas siempre fueron maravillosas han sido portadoras de un sin número de mensajes, que ayudan, que enseñan, que animan, que corrigen, nos hacen pensar, razonar y meditar.
Por eso me he atrevido a expresar lo que en estos momentos mi corazón siente.
Me uno al sentimiento de mi prima Leticia Acevedo Charvet que a pesar de haber pasado tantos años sin estar en contacto, me acuerdo de ella, mis tíos y mis primos, de los cuales tengo inolvidables recuerdos.
Cada vivencia se manifiesta en el momento perfecto, es una película de la vida, que en nuestro caso los protagonistas fueron nuestros antepasados, nuestros bisabuelos, nuestros abuelos, nuestros padres y ahora hemos quedado nosotros, que con coraje queremos defenderlos porque somos su continuación.
La verdad absoluta nadie la tiene porque la versión original se fue con ellos para siempre.
A cada uno nos ha tocado protagonizar escenas de toda índole y diariamente las hemos representado como verdaderos actores para dejar una historia que contar.
Por lo tanto, cuando queremos expresar algo, aunque tengamos la certeza de ser verdaderas, hay que hacerlo con prudencia para no causar molestias en los corazones de quienes somos la descendencia de aquella historia.
¿Por qué herir sentimientos?, cada familia tiene su propia versión, cada familia ama a los suyos y sus antepasados, por qué querer empañar esos recuerdos afirmando cosas que, verdad o no, pasaron en otro siglo y que ni siquiera tenemos conocimiento pleno para ventilarlas tan fácilmente sin meditar en sus consecuencias.
Cada uno vivió experiencias diferentes, igual que lo estamos haciendo ahora nosotros. Hay tantas cosas maravillosas que compartir del presente, de nuestras vidas, de nuestras familias, de este momento, de ahora, de hace un segundo, si, ahora que estamos los protagonistas presentes para poder aclarar dudas.
El pasado quedo atrás y pienso que el simple hecho de poder estar ahora aquí se lo debemos a nuestros abuelos y por eso solamente se merecen el máximo respeto.
¿Para que ventilar tantos detalles? ¡POR FAVOR! no es una comedia, ni un circo para reírnos, para juzgar, para manipular sus tristezas, sus alegrías, sus desilusiones. Estas son vivencias de nuestros progenitores, de nuestra sangre, no de cualquier persona.
La verdad que no se que es lo que se ha querido demostrar con todo esto.
Lo único que me puedo dar cuenta es que hay mucho resentimiento y sobre todo falta de información.
Lo correcto era acercarse a cada una de las familias involucradas, conversar de los hechos si es que ameritaba hacerlo, pero dentro de un círculo familiar y con respeto. Pero que lastima, empezaron por el final.
Maria B Charvet Muñoz
Hija de Félix Charvet Rosales y Mercedes Muñoz. (Michita, como cariñosamente todos la conocían)
Yo como periodista, hace una o dos décadas, podía escribir en un periódico algo sobre la Familia Charvet. Las reacciones, de haberlas, las podía publicar o no. Ahora, con el blog, el periodista es un simple motivador y el gran público, es el “dueño” del medio de comunicación. El feed back, en el estricto sentido de la palabra, si funciona.
¡Querida Familia! Yo les he proporcionado una tribuna y les he dado el arranque inicial. El tema está planteado: La Familia Charvet en Ecuador desde finales del siglo XIX hasta nuestros días. Úsenme. Yo soy el Editor de ustedes. Escriban. Háganlo como bien tengan. Yo editaré los textos y los insertaré en el blog
De esa forma iremos construyendo, nosotros mismos, la memoria histórica de nuestra familia. Así de simple. Rolando Charvet Guevara entendió la idea y nos ha sorprendido con sus relatos. Igual Pedro Pablo Charvet Morales. César Augusto Acevedo Charvet nos ha dado pistas. Leticia Acevedo Charvet nos “vigila”.
Pero atrevámonos a decir lo que sabemos. Luisa Charvet Morales algo nos dio. Francisco Charvet Morales, un genial escritor, puedo ilustrarnos con su pluma. ¿Dónde está Luis Charvet Alarcón? El debe sabe r muchas cosas. Dejémonos de rencores y malos recuerdos. Dañan el hígado.
Y para que se vea que se comienza a reaccionar, miren lo que este sábado 25 de abril trajo el cartero
Escribe Maria B Charvet Muñoz
Estimado Jorge: la verdad que no me recuerdo mucho de ti, te conocí una vez en el año 1970 y de eso son ya casi 40 años. Si, cuando fuiste a entrevistar a mi papá porque querías sacar un escrito sobre la guerra pero recuerdo que el no quiso dar mayor detalle al respecto y te dijo que no recordaba nada. Desde ahí nunca más supe de ti hasta ahora.
Me decidí colaborar con este blog diciendo lo siguiente:
“No hay mejor ejercicio para fortalecer el corazón que inclinarse a la gente y Elevarla”
Las cartas siempre fueron maravillosas han sido portadoras de un sin número de mensajes, que ayudan, que enseñan, que animan, que corrigen, nos hacen pensar, razonar y meditar.
Por eso me he atrevido a expresar lo que en estos momentos mi corazón siente.
Me uno al sentimiento de mi prima Leticia Acevedo Charvet que a pesar de haber pasado tantos años sin estar en contacto, me acuerdo de ella, mis tíos y mis primos, de los cuales tengo inolvidables recuerdos.
Cada vivencia se manifiesta en el momento perfecto, es una película de la vida, que en nuestro caso los protagonistas fueron nuestros antepasados, nuestros bisabuelos, nuestros abuelos, nuestros padres y ahora hemos quedado nosotros, que con coraje queremos defenderlos porque somos su continuación.
La verdad absoluta nadie la tiene porque la versión original se fue con ellos para siempre.
A cada uno nos ha tocado protagonizar escenas de toda índole y diariamente las hemos representado como verdaderos actores para dejar una historia que contar.
Por lo tanto, cuando queremos expresar algo, aunque tengamos la certeza de ser verdaderas, hay que hacerlo con prudencia para no causar molestias en los corazones de quienes somos la descendencia de aquella historia.
¿Por qué herir sentimientos?, cada familia tiene su propia versión, cada familia ama a los suyos y sus antepasados, por qué querer empañar esos recuerdos afirmando cosas que, verdad o no, pasaron en otro siglo y que ni siquiera tenemos conocimiento pleno para ventilarlas tan fácilmente sin meditar en sus consecuencias.
Cada uno vivió experiencias diferentes, igual que lo estamos haciendo ahora nosotros. Hay tantas cosas maravillosas que compartir del presente, de nuestras vidas, de nuestras familias, de este momento, de ahora, de hace un segundo, si, ahora que estamos los protagonistas presentes para poder aclarar dudas.
El pasado quedo atrás y pienso que el simple hecho de poder estar ahora aquí se lo debemos a nuestros abuelos y por eso solamente se merecen el máximo respeto.
¿Para que ventilar tantos detalles? ¡POR FAVOR! no es una comedia, ni un circo para reírnos, para juzgar, para manipular sus tristezas, sus alegrías, sus desilusiones. Estas son vivencias de nuestros progenitores, de nuestra sangre, no de cualquier persona.
La verdad que no se que es lo que se ha querido demostrar con todo esto.
Lo único que me puedo dar cuenta es que hay mucho resentimiento y sobre todo falta de información.
Lo correcto era acercarse a cada una de las familias involucradas, conversar de los hechos si es que ameritaba hacerlo, pero dentro de un círculo familiar y con respeto. Pero que lastima, empezaron por el final.
Maria B Charvet Muñoz
Hija de Félix Charvet Rosales y Mercedes Muñoz. (Michita, como cariñosamente todos la conocían)
Escribe Pablo Bucheli Araujo
Estimado Jorge:
No tengo el gusto de conocerte pero agradezco el esfuerzo que estas haciendo por medio de esta página por conocer la historia de la familia.
He seguido con interés las publicaciones que se han realizado en el blog Los Charvet en Ecuador en virtud de completar la historia que poco a poco he podido investigar sobre nuestros antepasados.
Mi nombre es Pablo Bucheli Araujo y soy nieto de María Beatriz Charvet Rosales, tercera hija de Luis Charvet Lailhacar y Leticia Rosales Jara, nacida el 31 de Agosto de 1905 en Quito y fallecida el 11 de noviembre del 2003 a la edad de 98 años en Sangolquí, en la casa en que resido junto a mi familia.
Mi abuelita, un ser extraordinario lleno de amor y de bondad y de un desprendimiento total hacia los suyos, jamás en su vida dijo una palabra ni un comentario adverso en contra de sus padres o cualquier situación que hubiera pasado en su infancia o adolescencia y no solo por guardar el cuarto mandamiento de la ley de Dios, sino por el profundo amor y respeto que sentía por sus padres.
Al hablar de su padre siempre se refería como una persona muy creyente de Dios y de la Santísima Virgen, un hombre generoso (todos los sábados repartía limosnas fuera de su almacén, a mucha gente), amoroso, muy preocupado de su mujer y sus hijos, siempre pendiente de todo lo que hacían o dejaran de hacer, un hombre de habilidad extraordinaria para la zapatería, la talla en madera, carpintería en general, mecánica, un músico que podía tocar cualquier instrumento, fotógrafo, comerciante y por ultimo (porque así lo quiso el destino) terrateniente (tenedor de tierra) y agricultor.
De su madre Leticia, como lo dice Leti (mi tía Leticia Acevedo Charvet de Collado en su carta del 24 de abril del 2009), una mujer extraordinaria, pequeñita, menudita, muy justa, generosa, muy trabajadora, de un temperamento incansable, que fue capaz de hacerse cargo, después de enviudar y dejando a sus hijas internas en colegios de Quito, de las propiedades de Colimbuela, Tunibamba y el Molino, y una deuda de 150.000 sucres contraída con el Banco del Pichincha pocos años antes, la cual se demoró cerca de 22 años en pagar hasta dos años antes de su muerte. Afectada por una enfermedad cardiaca tuvo que permanecer por largos períodos en Guayaquil, con sus hijos, hospedándose en el famoso hotel Ritz, una mujer que introdujo en sus propiedades escuelas, centro médico, ayuda con tierra, semilla y abonos para sus trabajadores indígenas, algo nada usual para su época.
Estos son los recuerdos que tengo de mis bisabuelos a través de los ojos y del corazón de mi abuelita, a quien amé profundamente, y esto es lo que nos quiso transmitir a sus descendientes para que mantengamos siempre el recuerdo bueno de ellos, pese a todos los errores que puedan haber cometido y que no tenemos derecho de criticar o peor de juzgar.
Comparto el sentir de Leti, que nuestra permanencia en este aporte para el blog será mientras se guarden los principios de respeto, mientras se construya y no se destruya, mientras evitemos comentarios que no tengan un sustento y que puedan hacer daño en este rompecabezas que pretendemos armar. Me uno a la propuesta de Rolando Charvet (a quien no conozco pero aprovecho para saludarlo) de que este medio sirva para conocernos, para unirnos, para aportar con nuestros datos, para aclarar cualquier malentendido, con la finalidad de conocer y honrar la memoria de nuestros antepasados.
He ido conociendo, a través del tiempo, a muchos descendientes del bisabuelo Luis Charvet, bastantes desgraciadamente en velorios de nuestros mismos familiares, y no puedo decir que haya conocido a uno de ellos(as) que sea malo, al contrario siempre me he llevado sorpresas muy agradables y con muchos de ellos (as) tengo una relación de amistad muy estrecha. Ya ahora por medio del blog veo que hay muchos más y que mantienen la mismas características, un saludo fraternal para todos.
He leído detenidamente el aporte de Pedro Pablo, sobre una línea de la familia que verdaderamente no conocía, sobre la determinación de su abuela Rosa Rosales Jara, de todo lo que se de mi bisabuela Leticia y además de la Sra. Ruales, madre de Luis Benigno Charvet, y cada vez más me convenzo que la tenacidad y el amor de las mujeres que estuvieron junto al bisabuelo, las convierten en las verdaderas heroínas de nuestra historia pasada, y que gracias a ellas, en medio de una sociedad excluyente, pusieran el coraje y la valentía necesaria para que nosotros podamos estar donde estamos. Que la mezcla de la sangre francesa con la ecuatoriana dio como resultado varias generaciones de gente buena, de paz, trabajadora, sensible, generosa, inteligente y con una gran dosis de coraje y valentía.
No estoy de acuerdo con ciertos vocablos expresados por Rolando. Muy de acuerdo con la protesta de Leti. Por lo que pediría mayor cuidado el momento de expresarlos, al igual que no comparto lo dicho por Pedro Pablo sobre Blanca Charvet en el momento de la muerte de la bisabuela Leticia, porque si hubiera conocido a Ñatita (como cariñosamente le llamábamos a Blanca) se daría cuenta de que nunca pudo haber ocurrido algo así, y que a veces estos comentarios, de tanto repetirlos, se pueden convertir en “verdades” y eso hace mucho daño.
Existen algunas cosas dichas en el blog que no están correctas y que poco a poco con la documentación que tengo me gustaría ir aclarándolas y comentando otras que se prestan a interpretaciones, al igual que ofrezco proporcionar toda la línea desde mi abuelita hasta ahora, después de comentarla con los mas cercanos.
Un abrazo,
Pablo Bucheli
Escribe Leticia Acevedo Charvet
Estimado Jorge:
No tengo el gusto de conocerte pero agradezco el esfuerzo que estas haciendo por medio de esta página por conocer la historia de la familia.
He seguido con interés las publicaciones que se han realizado en el blog Los Charvet en Ecuador en virtud de completar la historia que poco a poco he podido investigar sobre nuestros antepasados.
Mi nombre es Pablo Bucheli Araujo y soy nieto de María Beatriz Charvet Rosales, tercera hija de Luis Charvet Lailhacar y Leticia Rosales Jara, nacida el 31 de Agosto de 1905 en Quito y fallecida el 11 de noviembre del 2003 a la edad de 98 años en Sangolquí, en la casa en que resido junto a mi familia.
Mi abuelita, un ser extraordinario lleno de amor y de bondad y de un desprendimiento total hacia los suyos, jamás en su vida dijo una palabra ni un comentario adverso en contra de sus padres o cualquier situación que hubiera pasado en su infancia o adolescencia y no solo por guardar el cuarto mandamiento de la ley de Dios, sino por el profundo amor y respeto que sentía por sus padres.
Al hablar de su padre siempre se refería como una persona muy creyente de Dios y de la Santísima Virgen, un hombre generoso (todos los sábados repartía limosnas fuera de su almacén, a mucha gente), amoroso, muy preocupado de su mujer y sus hijos, siempre pendiente de todo lo que hacían o dejaran de hacer, un hombre de habilidad extraordinaria para la zapatería, la talla en madera, carpintería en general, mecánica, un músico que podía tocar cualquier instrumento, fotógrafo, comerciante y por ultimo (porque así lo quiso el destino) terrateniente (tenedor de tierra) y agricultor.
De su madre Leticia, como lo dice Leti (mi tía Leticia Acevedo Charvet de Collado en su carta del 24 de abril del 2009), una mujer extraordinaria, pequeñita, menudita, muy justa, generosa, muy trabajadora, de un temperamento incansable, que fue capaz de hacerse cargo, después de enviudar y dejando a sus hijas internas en colegios de Quito, de las propiedades de Colimbuela, Tunibamba y el Molino, y una deuda de 150.000 sucres contraída con el Banco del Pichincha pocos años antes, la cual se demoró cerca de 22 años en pagar hasta dos años antes de su muerte. Afectada por una enfermedad cardiaca tuvo que permanecer por largos períodos en Guayaquil, con sus hijos, hospedándose en el famoso hotel Ritz, una mujer que introdujo en sus propiedades escuelas, centro médico, ayuda con tierra, semilla y abonos para sus trabajadores indígenas, algo nada usual para su época.
Estos son los recuerdos que tengo de mis bisabuelos a través de los ojos y del corazón de mi abuelita, a quien amé profundamente, y esto es lo que nos quiso transmitir a sus descendientes para que mantengamos siempre el recuerdo bueno de ellos, pese a todos los errores que puedan haber cometido y que no tenemos derecho de criticar o peor de juzgar.
Comparto el sentir de Leti, que nuestra permanencia en este aporte para el blog será mientras se guarden los principios de respeto, mientras se construya y no se destruya, mientras evitemos comentarios que no tengan un sustento y que puedan hacer daño en este rompecabezas que pretendemos armar. Me uno a la propuesta de Rolando Charvet (a quien no conozco pero aprovecho para saludarlo) de que este medio sirva para conocernos, para unirnos, para aportar con nuestros datos, para aclarar cualquier malentendido, con la finalidad de conocer y honrar la memoria de nuestros antepasados.
He ido conociendo, a través del tiempo, a muchos descendientes del bisabuelo Luis Charvet, bastantes desgraciadamente en velorios de nuestros mismos familiares, y no puedo decir que haya conocido a uno de ellos(as) que sea malo, al contrario siempre me he llevado sorpresas muy agradables y con muchos de ellos (as) tengo una relación de amistad muy estrecha. Ya ahora por medio del blog veo que hay muchos más y que mantienen la mismas características, un saludo fraternal para todos.
He leído detenidamente el aporte de Pedro Pablo, sobre una línea de la familia que verdaderamente no conocía, sobre la determinación de su abuela Rosa Rosales Jara, de todo lo que se de mi bisabuela Leticia y además de la Sra. Ruales, madre de Luis Benigno Charvet, y cada vez más me convenzo que la tenacidad y el amor de las mujeres que estuvieron junto al bisabuelo, las convierten en las verdaderas heroínas de nuestra historia pasada, y que gracias a ellas, en medio de una sociedad excluyente, pusieran el coraje y la valentía necesaria para que nosotros podamos estar donde estamos. Que la mezcla de la sangre francesa con la ecuatoriana dio como resultado varias generaciones de gente buena, de paz, trabajadora, sensible, generosa, inteligente y con una gran dosis de coraje y valentía.
No estoy de acuerdo con ciertos vocablos expresados por Rolando. Muy de acuerdo con la protesta de Leti. Por lo que pediría mayor cuidado el momento de expresarlos, al igual que no comparto lo dicho por Pedro Pablo sobre Blanca Charvet en el momento de la muerte de la bisabuela Leticia, porque si hubiera conocido a Ñatita (como cariñosamente le llamábamos a Blanca) se daría cuenta de que nunca pudo haber ocurrido algo así, y que a veces estos comentarios, de tanto repetirlos, se pueden convertir en “verdades” y eso hace mucho daño.
Existen algunas cosas dichas en el blog que no están correctas y que poco a poco con la documentación que tengo me gustaría ir aclarándolas y comentando otras que se prestan a interpretaciones, al igual que ofrezco proporcionar toda la línea desde mi abuelita hasta ahora, después de comentarla con los mas cercanos.
Un abrazo,
Pablo Bucheli
Escribe Leticia Acevedo Charvet
Estimado Señor Aguírre;
Le agradezco por sus palabras y lamento no poder complacer su pedido de publicar en el blog la documentación relativa a la estadía de mi Tío Félix en un orfanato en París, pues considero que esa documentación pertenece única y exclusivamente a los miembros de su familia y son ellos los llamados a decidir al respecto. Quién soy yo para tomarme esas atribuciones? Me permití tocar ese tema tan doloroso únicamente como respuesta al relato mal informado que hace Rolando del mismo.
Quiero que me comprenda y acepte que por el momento solo estaré en su blog, digamos como "curadora" de los temas que ahí se traten. Después ya veremos si hay cabida a mi persona.
Atentamente,
Leticia Acevedo Charvet.
Nota aclaratoria: este Editor propuso a Doña Leticia convertirse en colaboradora permanente. Ella prefiere ver como trabajamos y criticarnos. Está bien. Está en su perfecto derecho. Respetamos su decisión pero, pregunto, ¿por qué no lanzarse al ruedo? Solo es una pregunta
Anónimo dejó siguiente comentario en el blog
Felicitaciones a Leticia Acevedo Charvet por su comentario acerca que se esta formando un reality show acerca de la familia.....ese es el sentir de los que realmente queremos a la familia......porque no publican los entretelones de su propia familia..seguramente el resultado seria un Corín Tellado...(no se si así se escribe hace mucho tiempo no las leo).
Abril 22
Anónimo dejó siguiente comentario en el blog
hola, quisiera que publicaran mas fotos para conocer mas a la familia
Abril 25
Escribe Matilde Sánchez Charvet
Hola Jorge, quiero compartir con todos lo interesada que estoy en leer todos los días algo más de mi familia materna, para mi es muy importante ya que por la temprana muerte de mi madre, Mercedes Charvet Parra, (34 anos) una de las hija de Luis Benigno Charvet Ruales e Isabel Parra Durán, solo tengo conocimiento de quienes fueron mis abuelos y quienes son mis tíos y sus descendientes, a quienes amo entrañablemente.
Considero muy importante que la narración de como fueron los distintos acontecimientos en la vida de cada uno de nuestros antepasados, sea expuesta de la forma mas comedida y respetuosa. No por esto quiero decir que se omitan los recuerdos o las vivencias ya que creo opinarán igual, el hecho de que como seres humanos que fueron no han sido perfectos como tampoco lo somos ningún ser que se considere humano. En la palabra de Dios dice que no hay ni uno solo santo debajo del sol. Por eso necesitamos del amor de Dios para ser mejores personas, compartir de su amor y dejar a un lado los orgullos y buscar la humildad.
Siempre pensé que mi familia Charvet era extensa, pero ahora tengo mucha ilusión de conocer a tanta familia de la que no tenia noticias. Logremos a través de este trabajo que estas haciendo, que los lazos de amor fraterno se estrechen y sigamos adelante sabiendo que contamos con más personas a quienes les debemos amor y solidaridad porque corre en nuestras venas la misma sangre.
Matilde Sánchez Charvet
Comentario del Editor
Listo amigos. He transcrito todo lo recibido hasta las 18h00 de este sábado 25 de abril de 2006. Sigan escribiendo, por favor y, también por favor, no soy Señor Aguirre para mi familia. Soy Jorge a secas. Y otra cosita. para que el blog se vea más atractivo, hagan lo posible para enviar algún tipo de fotografia, algo que le de animación. Gracias.
2 comentarios:
Hola Jorge, solo para corregir mi nombre, es MATILDE SANCHEZ CHARVET. Saludos a todos.
Me uno a cada uno de ustedes:
JORGE AGUIRRE CHARVET y
CESAR AUGUSTO ACEVEDO CHARVET
A quienes conosco personalmente por medio de este blog. a:
LETICIA ACEVEDO CHARVET
PEDRO PABLO CHARVET MORALES
ROLANDO CHARVET GUEVARA
Que no conosco, pero que aprovecho para saludarlos fraternalmente.
Que este medio sirva para conocernos, unirnos, aportar con nuestros datos y aclarar cualquier mal entendido.
Nuestro unico afan debe ser CONOCER Y HONRAR LA MEMORIA DE NUESTROS ANTEPASADOS.
Logremos que los lazos de amor fraterno se estrechen.
Tengo mucha ilución de conocer a tanta familia de la que no tenía noticias.
Cordiales Saludos,
PATRICIA ALBUJA CHARVET de Miranda nieta de LUIS AURELIO CHARVET GARAICOA
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